Conozco la Playa de la Franca desde pequeño y está en un lugar privilegiado del Paraíso asturiano. Alojarse en este hotel supone pasar la noche entre el mar y la montaña y lejos de cualquier tipo de bullicio.
La tranquilidad que transmite esa magnífica playa.
Playa, montaña, calor, paz.
Tiene capacidad para todo, parejas, familia, amigos, con toda privacidad para todo tipo de públicos. Sin embargo, un plus que tiene es que admite perros y es muy accesible para viajes en bicicleta.
La decoración es clásica aunque recientemente lo han renovado, por lo que se ve nuevo y actualizado. Las habitaciones son bonitas y los salones amplios y hogareños. Todo lo convierte en un sitio acogedor y familiar.
Se duerme de maravilla, es plácido, tranquilo, con el ruido del mar y el viento entre los árboles para pasar una noche placentera.
Merece mucho la pena desayunar, está todo buenísimo y tienen mucha variedad. También tienen servicio de desayuno en la habitación para quien quiera más privacidad.
El trato del personal es excelente, a la par que la decoración y el ambiente del hotel. Todo en el hotel es acogedor, hogareño, cálido y cercano, y el personal más de lo mismo.
Sí, el hotel tiene acceso directo a la playa, lo cual es una gozada. También tiene comedores en exterior, varios salones, una sala de lectura, ¡y hasta una sala de reuniones!
140€ con desayuno incluido.
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